Uno de los pilares básicos para la estrategia del grupo es la apropiada distribución de activos, fijada en función de los parámetros de rentabilidad y riesgo establecidos en nuestro Plan Estratégico.
Un adecuado equilibrio entre los distintos tipos de activos en los que invierte el grupo, unido a un bajo nivel de endeudamiento, hace posible la consecución de los niveles de rentabilidad fijados como objetivo, así como la preservación del patrimonio.